Valeria Román nos engancha con el intimismo presente en sus versos, sin dejar de lado los detalles, el ritmo y el trabajo intelectual propios de un buen escritor. Desarrolló su gusto por la poesía desde temprana edad —a los 12 años, para ser específicos— y este se ha reflejado en sus dos poemarios: Feelback (2016) y Matrioska (2018).
En una plática espontánea y con un té helado en mano, Valeria Román nos comenta acerca de su pensamiento literario y el proceso de maduración que dio como resultado final su obra ganadora de los Premios Luces 2018, Matrioska, como mejor libro de poesía.
“La literatura es, a veces, mucho más real que la realidad misma”
Diana Ortíz: En cuanto a tus dos producciones, se podría decir que Matrioska tiene un tratamiento un poco más maduro o estructurado que tu primer poemario, Feelback, ¿cuáles crees son los principales factores que influyeron en esta evolución?
Valeria Román: Sí, definitivamente. Influyó la propia lectura, que considero muy necesaria. También ingresé a la universidad e influyó rodearme de gente bastante diversa, que me permitió conocer diferentes miradas, no solamente la literatura, sino sobre la vida en general. Asimismo, comencé a concebir la escritura no solamente como una inversión emocional, es decir, si puede haber una especie de catarsis, de intimidad; pero también lo vi como un trabajo intelectual. Matrioska es parte de ese proceso en donde reconozco que la escritura definitivamente también es una labor intelectual. Además pienso que es mucho más retrospectivo frente a algunos temas que incluso están presentes en Feelback, como la propia violencia sexual y todas esas cuestiones. Me gusta que ya no esté escribiendo como en mi primer libro. Pienso que el hecho de ir cambiando mi forma de escritura es precioso, si Matrioska hubiera sido como la poesía en Feelback, no me hubiera sentido satisfecha.
DO: Matrioska ha obtenido bastante reconocimiento, como el Premio José Watanabe Varas 2017, de la Asociación Peruano Japonesa (APJ) y ahora último los Premios Luces, como mejor libro de poesía. ¿Qué es lo mejor que nos ofrece Matrioska?
VR: Bueno, en realidad lo que me gusta de Matrioska —no sé si esto tenga un valor muy grande— pero lo que diría y también lo que me han comentado es que es un libro que te conmueve. También el escribirlo me ha conmovido bastante, porque toca cuestiones bastante íntimas. Hay una intimidad muy arraigada. También me han comentado que es muy femenino en el sentido de que muestra temas directos como la maternidad, etc. Entonces pienso que Matrioska no es solamente un libro que quise que esté bien estructurado, que sea formalmente sólido, sino que también tenga un espíritu, un alma en particular. Eso diría que es lo bacán de Matrioska.
DO: Muchas veces expresas tu preocupación e interés por temas políticos y sociales, sin descuidar el ámbito literario. ¿Cuán importante es que los jóvenes tengan una participación activa en estos temas y qué crees que les posibilitaría un acercamiento a la literatura?
VR: Tienes razón en decirlo, me interesa mucho la política y tengo una posición bastante marcada con respecto a cómo se muestra esta sociedad y cuál es el papel que tenemos, no solamente como jóvenes, sino también como universitarios, incluso como autores, que tenemos cierta visibilidad en ciertos espacios públicos. Es necesario que los escritores, los poetas y las personas de manera general sienten una conciencia y denuncien varias cosas que suceden. Tenemos la tarea de adentrarnos en este problema, pienso que debería preocuparnos y deberíamos estar estudiando eso. Me parece que estos temas son necesarios y si uno tiene el espacio debería estar hablando de eso. Y en cuanto al acercamiento de la literatura, pueda tal vez sonar bastante idealista lo que vaya a decir, pero la literatura es, a veces, mucho más real que la realidad misma porque finalmente es un espacio que te posibilita visibilizar las contradicciones que existen dentro de la realidad, entre clases, grupos de poder y otras cuestiones. En la literatura se visualiza, de manera que incluso excede al propio escritor, al propio autor. Pienso que eso es lo más genial del arte.
Entrevista realizada por Diana Ortiz para la Red Literaria Peruana