Lic. Juan Martín Messiga Farizano
Centro de Estudios Interdisciplinarios sobre Nuestramérica «José Martí» (CEINA)
Departamento de Humanidades, Universidad Nacional del Sur (UNS)
El renovado interés en torno a las revistas culturales ha llevado a Horacio Tarcus (2020) a hablar de un «esfuerzo de conceptualización en curso» (p. 61) en las áreas abocadas a su estudio. La proliferación de trabajos a partir de nuevos abordajes enriqueció el conocimiento que tenemos de un testimonio central del siglo pasado. Además, como también lo remarcó el historiador argentino, vivimos en «un continente de revistas» (p. 15). Así, este artefacto de cultura ha sido por mucho tiempo el dispositivo principal a través del cual diferentes colectivos intelectuales buscaron intervenir sobre la realidad. Si esto se corrobora con creces en el período de la modernización oligárquica latinoamericana, uno de los casos insignes es el de Perú. La vasta cantidad de revistas culturales publicadas durante la década de 1920 en el país merecieron varios estudios. Sin dudas, Amauta de José Carlos Mariátegui encabeza este listado, pero también podemos encontrar trabajos acerca de la limeña La Sierra dirigida por Juan Guillermo Guevara o el Boletín Titikaka editado por el Grupo Orkopata de los hermanos Peralta solo por nombrar a dos. En ese sentido, el trabajo de Alex Hurtado busca reparar la ausencia en la bibliografía sobre las publicaciones vanguardistas de un estudio con visos de integralidad en torno a Chirapu. La revista del grupo Los Zurdos que dirigía Antero Peralta contó con sólo siete números entre enero y julio de 1928. Estos fueron suficientes para involucrarse en algunas de las polémicas constitutivas del capítulo peruano de lo que Fernanda Beigel (2003) denominó las vanguardias estético-políticas. De esta manera, el autor del libro pretende echar luz a estas disputas a través de la soslayada publicación arequipeña. En el devenir de Chirapu se condensó la tensión entre el campo cultural y político característica de estos años, premisa que guía la labor de Hurtado.
El libro consta de tres capítulos que se despliegan desde un fuerte anclaje teórico hasta un proceso de reconstrucción documental vinculado al análisis de la revista propiamente dicha. En el primero, el autor desarrolla de forma concisa los conceptos teóricos sobre los que se apoya la obra. Es por ello que Hurtado en primer lugar explica la teoría de los campos elaborada por el sociólogo francés Pierre Bourdieu. A su vez, el autor justifica la elección del marco teórico que es la sociología de la literatura en tanto las vanguardias fueron las coordenadas donde se redefinieron «los límites de lo literario» a partir del diálogo entre cultura y política (p. 31). De esta manera, tras prescribir las funciones analíticas de las categorías de Bourdieu, podemos sumergirnos en uno de los conceptos nodales de la obra, el de «vanguardias de las periferias internas». El desarrollo de dicho concepto, acuñado por Hurtado, se cuenta entre los objetivos trazados para el trabajo. En simultáneo, el autor discute categorías como «vanguardia andina» e «indigenismo vanguardista» a partir de una revisión bibliográfica que involucra a diferentes teóricos. A grandes rasgos, podemos decir que la decisión de Hurtado de construir un nuevo concepto, además de atinada, se debe a la necesidad de poner en primer plano los «contrastes coloniales» (p. 40) presentes en la sociedad peruana. Es que de allí se desprende la heterogeneidad que caracterizó a la vanguardia de este país y que los términos anteriores no aprehenden en su complejidad. Para trabajar una publicación arequipeña, alejada del epicentro limeño y de pretensiones contrahegemónicas, Hurtado elige hacer explícita la posición en el campo cultural que ocupaba un grupo como Los Zurdos. Por esto, la justificación se construye basada en autores como Aníbal Quijano, Silvia Rivera Cusicanqui, Pablo Gonzáles Casanova y Ulises Juan Zevallos Aguilar. Esto se complementa con una sucinta historización de la irrupción de las vanguardias en el Perú y su contexto político y social.
El segundo capítulo caracteriza las formaciones intelectuales en su vinculación con las revistas. En función de lo desarrollado, Hurtado sitúa el campo literario donde emergen Los Zurdos y Chirapu con particular énfasis en el sur del país. Publicaciones como Kuntur en Sicuani, Cusco, el Boletín Titikaka en Puno o La Sierra forjaron redes intelectuales a través de las cuales circularon ideas que devinieron en debates constitutivos de la revista dirigida por Antero Peralta. De allí se desprenden dos conceptos fundamentales para las vanguardias de las periferias internas como fueron el «neoindianismo» y la «Ortografía indoamericana». El primer término refiere al elaborado por el intelectual cusqueño José Uriel García, quien entre 1926 y 1927 publicó una serie de ensayos que influyeron sobre Los Zurdos. En Kuntur y el Boletín Titikaka, García contrapone la figura del «neoindio» a los postulados de Luis Valcárcel, miembro del también cusqueño Grupo Resurgimiento. En suma, «el ser del neoindio es aquel del mestizo» (p. 67), lo que lleva a Hurtado a considerar tal postura como una «estrategia intelectual» de legitimación para los grupos que reivindican esta posición (p. 68). De esta manera, aquellos podrían situarse a la vanguardia de las masas indígenas y así orientarlas. Al servicio de este objetivo, el autor también ubica a la «Ortografía indoamericana» elaborada por Francisco Chuquiwanka Ayulo. Según Hurtado, para legitimarse en el «campo literario y político» (p. 72), los colectivos intelectuales andinos se apropiaron de esta herramienta, concebida originalmente con fines pedagógicos y difundida por primera vez en la década anterior. La riqueza de la presente investigación reside en abordar el debate suscitado en torno a este sistema ortográfico a la luz de Chirapu, acercando una nueva perspectiva complementaria de la información que nos proveen publicaciones largamente abordadas como las mencionadas La Sierra o Boletín Titikaka.
El autor de esta investigación demuestra el carácter de laboratorio ideológico al que aspiró ser Chirapu en su efímera existencia al dedicar en el tercer capítulo una gran parte del trabajo al contrapunto que existió en torno al sistema ortográfico creado por Chuquiwanka Ayulo como, al decir de Hurtado, la «estrategia neoindia» (p. 100). Ambos fueron férreamente defendidos en la revista como lo demuestra el autor, citando artículos y poemas de Gamaliel Churata, Víctor Romero y Antero Peralta, estos dos últimos parte del núcleo del grupo Los Zurdos. A su vez, también tienen lugar en la revista textos críticos como los de Rómulo Meneses y Jorge Núñez Valdivia. Si bien los dos estaban ligados al naciente proyecto aprista, al igual que los integrantes de Los Zurdos, el debate que reconstruye esta obra nos permite apreciar el carácter germinal de la organización que liderara Víctor Raúl Haya De La Torre. Sin duda, uno de los grandes aciertos del trabajo de Hurtado es alumbrar las redes de discusión y circulación de ideas del aprismo en las periferias internas, sugiriendo la posibilidad de continuar indagando en la materia. Que Chirapu haya sido publicada entre enero y julio de 1928, momento nodal en la constitución del APRA a raíz de la polémica entre Mariátegui y Haya de la Torre, nos muestra el aporte significativo que resulta de abordar la contienda ideológica allí inscrita. A la vez, el trabajo refleja el dinamismo de las vanguardias y las tensiones existentes entre lo estético y la política en un período sumamente creativo para el desarrollo teórico del marxismo y las izquierdas. Como lo exhibe Hurtado, dicha tensión se trasladó incluso a los cambios en la tipografía y el diseño de la revista.
La abrupta interrupción de Chirapu —una característica muy común en varias publicaciones de la época — complementada con las poquísimas menciones existentes por parte de sus fundadores, dejaron muchísimas preguntas sin responder. Esta primera investigación de largo aliento por parte de Alex Hurtado, quien también participa de la edición facsimilar publicada en 2021, contesta algunas de ellas. Además, nos adentra en la trama revisteril del sur andino y nos brinda herramientas conceptuales para seguir preguntando y reconstruyendo redes y debates que contribuyeron al desarrollo del pensamiento alternativo latinoamericano.
Bibliografía
Beigel, Fernanda (2003). El itinerario y la brújula: El vanguardismo estético-político de José Carlos Mariátegui. Buenos Aires: Editorial Biblos.
Tarcus, Horacio (2020). Las revistas culturales latinoamericanas: giro material, tramas intelectuales y redes revisteriles. Temperley: Tren en Movimiento.