Por Angélica Ordoñez
La inclusión llegó a la FIL Lima 2019 de la mano de Amadeo, un niño con Síndrome de Down que, a través de sus aventuras junto a sus amigos, nos enseña el valor de la empatía. Doris Guevara y Roberto Prendel son los esposos que convirtieron realidad su sueño de hacer literatura infantil inclusiva en el Perú, un reto que ha valido totalmente la pena.
Ella empezó como profesora de Lenguaje, para luego convertirse en editora y correctora del cuento que su esposo escribió tras perder a su hija, que había padecido de Síndrome de Down. “Al principio, teníamos dudas porque no existía esto y nos preguntábamos si la gente querría leer un cuento donde el protagonista es un niño con Síndrome de Down. Así que lo dejamos casi cuatro años en espera. Cuando regresamos de Argentina vimos que había la necesidad de hacer este tipo de literatura en nuestro país”, confiesa Doris.
Mientras ella se encarga del lado educativo, enfocándose en el mensaje que el público va a recibir, él hace la magia del cuento, y se ocupa de la parte con la que los niños se divierten al leer.
Sus inicios
Los esposos comenzaron a trabajar la idea desde el 2012 y publicaron el primer número en diciembre del 2013. A partir de ahí editan un cuento cada año, ya que, si bien es cierto ellos escriben y editan, existe todo un equipo de trabajo detrás de Amadeo. “Por ejemplo, las ilustraciones son pinturas al óleo, y son hechas por un artista plástico porque la sensibilidad tiene mucho que ver con el arte, sabemos que el arte desarrolla una mayor sensibilidad y para tratar un tema como este ayuda mucho”, explica la coautora.
“Las aventuras de Amadeo” es resumido por Doris de la siguiente manera: el primer cuento trata sobre su nacimiento y la aventura en una isla de la que logra salir gracias a su perseverancia; en el segundo, nuestro personaje está acompañado de Piero, un niño que tiene Síndrome de Asperger, con quien encuentra el mapa de un tesoro y viajan al centro de la Tierra, donde les encomiendan una misión para salvar a los habitantes; en el tercer cuento se encuentra con Eva y juntos son enviados por confusión a la luna, donde descubren que esta guarda un secreto para los humanos”.
“En el caso de Cori, una niña con discapacidad física, usar silla de ruedas no impide que sea exploradora: junto a Amadeo y otros amigos viajan al Manu y encuentran la ciudad de oro perdida de los Incas. En la quinta parte, junto a Juan, un niño ciego, van de visita a un Castillo muy antiguo; sin embargo, como Juan no puede ver, todo lo toca. De esta manera es que, al tocar una estatua, se abre una puerta que los lleva al pasado, donde van a ayudar a desenmascarar a Sir X, que quiere apoderarse del trono. Ellos se encargan de llevar la paz a ese reino”.
Y el último, presentado en la FIL Lima de este año, es “Amadeo y Bruno”, un niño con tartamudez inspirado en una persona real (Bruno Villegas). Ellos, a través de la magia de un libro, van a llegar a las cataratas del Iguazú y se van a convertir en defensores del medio ambiente y de los aborígenes que habitan el lugar.
Además, la pareja de escritores nos comentó acerca de su más reciente proyecto: “De a pocos, se han ido desprendiendo los pensamientos que hemos extraído conforme se desarrolla la trama de los cuentos. Pronto publicaremos un libro de las reflexiones de Amadeo”.
La evolución del público
“Es increíble. Cuando comenzamos era otro mundo, otro público. Pero ahora, en los últimos años, nosotros y toda esta corriente de inclusión hemos logrado que la gente se sume”, comentan emocionados.
A nivel mundial, se estima que uno de cada mil niños nace con síndrome de Down. Entre ellos se encuentran más de 8 800 peruanos, según el Consejo Nacional para la Integración de la Persona con Discapacidad (CONADIS). Y la cifra aumenta cada año. Además, la cantidad de casos de personas con limitaciones auditiva, visual, etc., aumenta en la misma proporción que la discriminación.
Ante ello, la educación ofrecida a través de la literatura juega un papel crucial. “Amadeo es el respeto por las diferencias, la identidad, la solidaridad y, sobre todo, la empatía. Pensamos que todo parte de ahí, es decir, si tú no te pones en el lugar del otro, no va a haber respeto, ni solidaridad, ni nada”, concluyen ambos.