La imagen infinita. Eguren, fotógrafo en el MALI

¿Sabías que José María Eguren se autorretrató, hace casi 100 años, con la cámara en miniatura que él mismo inventó? Además de ser uno de los máximos representantes de la poesía peruana, Eguren fue fotógrafo y pintor. Más de un centenar de fotografías en miniatura acompañadas de cartas, notas, dibujos y pinturas en óleo están expuestas al público desde el 28 de marzo hasta el 22 de setiembre, gracias a la organización del Museo de Arte de Lima (MALI) y el Instituto Riva Agüero (IRA). Una exposición que presenta, por primera vez, material inédito del entorno más íntimo del poeta limeño que, a la vez, se convierte en fuente documental para la investigación de la historia del arte peruano.

Leny Fernández, una de las curadoras del evento y representante del IRA, nos abre las puertas de la Sala de Fotografía del MALI para ser parte de un viaje fantástico: La imagen infinita. Eguren, fotógrafo.

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Angélica Ordoñez: Cuéntanos, ¿cómo nace la idea de organizar esta exposición y cuál fue el proceso de elaboración del evento?

Leny Fernández: Toda la fotografía de Eguren se conocía por el álbum que es parte del archivo que tiene la Biblioteca Nacional: uno hecho por él mismo y que ha sido escaneado digitalmente. Años después, una de las sobrinas nietas de Eguren, la señora Teresa Bérninzon, dona al IRA un archivo de fotografías inéditas que ella había heredado por la familia, pero se encontraba desordenado y un poco deteriorado.

Durante el proceso de digitalización, nos dimos cuenta de la gran importancia que tiene visibilizar el trabajo de Eguren. Gracias a ese archivo maravilloso, y por la manera en que las fotografías estaban dispuestas, surge la idea de hacer una exposición que permitiera verlas individualmente y no en un álbum, como es el caso de la Biblioteca Nacional. Tener un archivo con fotos sueltas o pegadas rústicamente, nos ofrecía la posibilidad de restaurarlas y dar a conocer mejor la obra de Eguren.

Nos tomó tres años lograr completar la exposición. Primero, tuvimos la labor de investigar sobre las fotografías; luego, proponer el evento. Finalmente, llegamos a un acuerdo con el MALI e hicimos las coordinaciones con la Biblioteca Nacional que también ha colaborado con la exposición. Así pudimos concretar el proyecto este año.

AO: ¿Por qué el nombre La imagen infinita?

LF: Si bien parece que las fotografías en miniatura, desde un primer acercamiento, no ofrecen mucho para ver, es porque el espectador solo las ve de manera muy superficial. La imagen de Eguren, por ser en miniatura precisamente, ofrece un misterio. Y, para poder descubrirlo, tenemos que sumergirnos en la imagen y tratar de develar qué hay en ella. Además, estas imágenes nos permiten vislumbrar un tipo de realidad fantasmal, lo cual sumerge al público en muchas posibilidades de interpretación. En ese sentido, es infinita porque no llegamos a develar el misterio por completo.

Todas son imágenes cotidianas: hay algunos retratos, fotos de mascotas, paisajes, etc. Pero son fotos que necesitan una participación constantemente activa del espectador para develarlas. Eguren te propone una experiencia distinta: no quería una imagen que revele todo, sino que te sumerjas en ella y trates de descubrirla tú mismo.

AO: Hablando del papel del espectador, ¿cómo resumirías la acogida que ha tenido la exposición hasta hoy?

LF: Hasta ahora, estamos contentos porque ha despertado bastante curiosidad. Muchos estudiantes de fotografía han venido a ver la muestra, y han quedado sorprendidos al saber que este personaje que reconocían vinculado estrictamente a la literatura, también realizó una fotografía muy especial, una fotografía en miniatura que es una experiencia íntima e inquietante a la vez. Eguren es sugerente y se presenta como un fotógrafo particular e inédito, incluso dentro del panorama mundial del arte de la fotografía.

Entonces, estamos muy contentos porque lo que esperamos de la muestra es que, a partir de la visita de todos los estudiantes y gente interesada en el trabajo de Eguren, surjan investigaciones alrededor de ello, que es lo que hace falta.

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AO: ¿Cuáles son las particularidades de su fotografía?

LF: Se trata de una iniciativa muy particular de Eguren que, definitivamente, se vincula también a su búsqueda estética a nivel literario. Lo que muchos desconocen de él es que, en realidad, empieza como artista en un universo plenamente visual como es la pintura. Incluso antes de publicar algunos de sus poemas, a fines del siglo XIX, empieza pintando en la década de 1890. Inicia con una búsqueda visual detallista y, luego, nos va sumergiendo en un mundo mucho más personal, más subjetivo, que tiene que ver con una infancia solitaria y soñadora. Él propone un universo que va por el lado de la ensoñación y lo fantasmal, tal y como sugiere también en su poesía.

Y, en la década de 1920, comienza a experimentar con la fotografía y crea su propia cámara en miniatura, que mide 3 cm. apenas: está diseñada como si fuera una cámara oscura, es muy artesanal. Él la llevaba colgada cerca del pecho y capturaba lo que le interesaba. En ello también radica su particularidad: es un inventor, un científico. Eguren es uno de esos “hombres nuevos del Perú” a los que se refería Mariátegui en su revista Amauta  —donde Eguren también publicaba sus obras— , esos artistas inquietos que salían de lo común. Fue un artista muy original y a quien tenemos que revalorar.

AO: Existe, entonces, una relación entre las fotografías y la obra poética de Eguren.

LF: Definitivamente. Porque ambas hablan de un mismo universo: la poesía de Eguren es muy visual, nos ofrece una serie de imágenes en las que se habla de mezclas de colores, personajes particulares y que siempre van emparejados y en plural; esto es algo que se presenta también en su fotografía. Hay varias imágenes que juegan con la duplicidad.

Entonces, hablamos de un artista con un universo bastante coherente. Lo mismo sucede con su pintura, que también estamos exponiendo. Además, presentamos documentos como cartas: una de ellas es la que le envió Gonzalez Prada, a pesar de que existan muy pocas escritas por él a puño y letra, porque no le gustaba hacerlo. Prada se dirige a Eguren de manera muy cariñosa y le expresa su profunda admiración. Admiración que también sentían personalidades tan importantes como Abraham Valdelomar, quien realizó un retrato en óleo para el autor de Simbólicas.

AO: ¿Cómo describirías la obra de arte del poeta barranquino?

LF: Es un artista completo. Bastante inquieto e integral. En esta era digital en donde la alta definición te muestra hasta el último detalle de todo, su obra te lleva a vivir una experiencia totalmente distinta, misteriosa y sugerente. Invito a todos —tanto investigadores, estudiantes y al público en general— a sorprenderse con Eguren por su obra inédita, de la que estamos orgullosos. Disfrutarán de una experiencia distinta y exigente, que van a poder atesorar con el tiempo. Los invito a revalorar a un artista peruano, cuya fotografía y pintura no ha sido reconocida durante mucho tiempo. Vengan a descubrir su genialidad.

 

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